El lunes pasado el diario Clarín publicó los resultados de un relevamiento realizado por la consultora internacional Dale Carnegie. De los 500 entrevistados el 21% respondió que la relación con su jefe es pésima, el 19% la calificó como muy mala y el 16% la describió simplemente como negativa. Si sumamos estos números decubriremos que el 56% de la muestra relavada no tiene una relación buena, cordial o amable con sus jefes.

En noviembre del año pasado Universia también publicaba los resultados de un estudio realizado en Colombia. A diferencia de la actual encuesta de Clarín en el caso de los 4000 entrevistados el 44% afirmaba tener una relación cordial con su jefe. Aun con resultados que a simple vista parecen ser diametralmente opuestos en ambos casos surge la importancia del jefe y su liderazgo.

Si como afirmaba Peter Drucker, el líder es alguien que tiene seguidores, es indispensable que escuche a su grupo de trabajo, lo ayude a superarse, lo inspire y oriente en el logro de los objetivos. Esto no es algo fácil. De hecho no hay una licencitura en liderazgo. Precisamente porque es algo que no se aprende solamente en un curso.

Pero volviendo al tema de hoy creo que las claves para lograr una buena convivencia entre el jefe y los empleados pasa por la habilidad de comunicación, entendiendo que escuchar es la clave para asegurarse que los mensajes que deben transmitirse sean comprendidos y compartidos. Otro elemento clave es la confianza. No hay algo más molesto que el jefe que está permanentemente atrás del empleado para "aesgurarse que las cosas salgan bien". El jefe debe dar autonomía, espacio y seguramente quien deba desarrollar una tarea específica se sienta más cómodo y valorado y consiga sus mejores resultados.

Los jefes que realmente son líderes asumen un rol multifacético ya que actúan siempre en consecuencia con la situación: si tienen que dar una mano, la dan; si en cambio deben imponer disciplina lo hacen sin inconveniente. Además son jugadores de equipo, esto significa que priorizan al grupo frente a los individualismos, acompañan el desarrollo de cada integrante y los guían pero sin dejar de lado el interés común del equipo de trabajo.

La flexibilidad frente a las diferentes situaciones y cambios que tienen lugar en el día a día ya sea en el ámbito laboral como en aspectos de la vida personal de cada empleado es otro de los puntos más relevantes en la relación entre el jefe y el empleado. La empatía y la capacidad de ponerse en el lugar del otro es prioritaria en estos casos. Y cuando hablo de empatía me refiero también a que muchas veces los empleados no nos podemos poner en el lugar del jefe. Me atrevería a decir que solo queremos ponernos en su lugar para gozar de determinados beneficios o aspectos que son percibidos como positivos pero nos cuesta mucho entender las presiones, plazos, exigencias a las que también los jefes están sometidos y solidarizarnos. No siempre los jefes son los dueños de las empresas en las que trabajan. Son también empleados y deben responder a sus superiores. La situación cambia en este sentido cuando el jefe es el dueño y quien toma todas las decisiones en la organización. Esta situación merece una reflexión aparte que seguramente ahondaremos en los próximos días.

Mantener el equilibrio y lograr una adecuada convivencia que sea satisfactoria para todas las partes es muy complejo en el mundo laboral. Sin embargo gran parte de la cuestión pasa por la capacidad y actitud con que cada uno toma su trabajo. Si no nos gusta lo que hacemos, no le vemos sentido, no estamos siendo cuidados ni se nos está reconociendo por lo que merecemos va a ser difícil lograr una buena convivencia. La magia se da cuando independientemente de las dificultades a las que nos enfrentemos y el contexto adverso podemos disfrutar, encontrar placer en lo que hacemos, sentir que nos potencia y entendemos la estrecha relación que nuestro esfuerzo tiene con nuestro nivel de satisfacción y la calidad de nuestra vida. No es tarea sencilla y muchos quizás nunca logran dar con esa magia pero creo que vale la pena intentarlo.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Fernanda:
Si del 100% el 56 % es malo, el 44% es bueno, por lo tanto no considero que los análisis que citas sean diametralmente opuestos.
Quizás habría que reveerlo, no?

Néstor dijo...

Recién leo el artículo y, en primer lugar, Fernanda tiene mucha razón, en segundo lugar el artículo creo que solamente aporta las recetas de libro al tema.
De todas formas la problemática jefe empleado, me parece que es má compleja que simplemente me llevo bien o mal y que, lamentablemente, los puestos gerenciales rara vez son elegidos con el criterio necesario para que esa persona sea un buen jefe.

Anónimo dijo...

...hace un mes fui despedida sin motivos, y el contador de la empresa dijo que mi jefe habia argumentado que no se llevaba bien conmigo..., Después de 2 años de salvarlo de muchos errores, y de callar gestiones que afectaban a la sociedad, decidió librarse de mi. Los puesto gerenciales -como dijo Nestor- no son resueltos con buen criterio de elección. No priorizan los intereses de la empresa en si, si no los propios.

Anónimo dijo...

El liderazgo se aplica en todas las instancias de la persona. Hay que someter al trabajador psicologicamente; esta manipulación es la más acertada en el momento de que el trabajo mas lo necesita.

Manuel Méndez COARCO S.A.

Alfredo dijo...

Según las modernas tendencias dirigenciales (Quinta Disciplina - Peter Senge y otras) el lider debe ser un mayordomo en función de los intereses de la empresa y tener la capacidad de encausar los intereses personales de cada colaborador para que todo se optimice. Al decir de algunos comentarios eso no se cumple. El comentario anónimo, de la joven que despidieron, evidencia que su lider tenía intereses particulares y el comentario de la persona que sostiene que el lider debe someter psicológicamente a los empleados, son señales evidentes del porqué la sociedad argentina está tan devaluada.

Néstor dijo...

Sinceramente el comentario de "someter psicológimanete" al empleado no lo puedo entender. Igualmente, teniendo en cuenta que los comentarios pueden ser escritos por cualquiera y poner cualquier nombre, prefiero no opinar respecto de la persona ni de la empresa citada, aunque me parece claro que la optimización del trabajo depende justamente de lo contrario al sometimiento, aprovechar las cualidades, metas y proactividad de cada empleado y encausarlas para que converjan lo mejor posible con los objetivos de la empresa.

Anónimo dijo...

Creo que justamente lo ultimo que explica Nestor es lo que quiso decir anónimo con sus palabras de "...manipular psicologicamente... quizás no fue la mejor expresion.(no es por defender)a mi me ocurre que siempre espero lograr con mi asistente una relacion de partner en lo que es el trabajo en si,pero no en la jefatura y pasa que siempre se confunden y se toman la confianza eso trae como consecuencia que me discuten de tu a tu cuando quiero llamarles la atención y hasta me sacan en cara cuando yo me he equivocado, se pierde el respeto.Pienso que definitivamente son 1/1000 los empleados que no son confianzudos y se ubican solos.Ayer decidí que ya no mas, de ahora en adelante no les daré espacios para que crean que son jefes junto conmigo.

David dijo...

Evidentemente las encuestas muestran que le relación no es buena. A mi por suerte siempre me ha tocado tener buena relación con mis jefes. Hoy en dia me dedico a la venta de Departamentos en Mar del Plata y no tengo un jefe al que estoy a cargo

David dijo...

Evidentemente las encuestas muestran que le relación no es buena. A mi por suerte siempre me ha tocado tener buena relación con mis jefes. Hoy en dia me dedico a la venta de Departamentos en Mar del Plata y no tengo un jefe al que estoy a cargo

David dijo...

Evidentemente las encuestas muestran que le relación no es buena. A mi por suerte siempre me ha tocado tener buena relación con mis jefes. Hoy en dia me dedico a la venta de Departamentos en Mar del Plata y no tengo un jefe al que estoy a cargo


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