Estaba tratando de hacer memoria y recordar cual fue mi primer trabajo. De repente se vino a mi mente cuando daba clases de inglés a una compañera de colegio. Tenía 13 ó 14 años.

Ese fue mi primer trabajo. Veinte años después volví a enseñar (o mejor dicho, como leí por ahí, más que enseñar ayudo a descubrir) en la Universidad. Hoy, entre otras cosas soy formalmente profesora. De alguna manera retomé ese primer trabajo.

Lo que si recuerdo claramente es el haberme sentido útil y gratificada por hacer algo que realmente me gustaba y además recibía dinero por eso. Mucho o poco... esa no era la cuestión. Lo importante de esa experiencia fue que sentó las bases de mi primera elección vocacional: Traductorado de Inglés. Lamentablemente a mediados del primer año de la Universidad tenía claro que la carrera elegida no era lo esperado. Me gustaba el idioma, lo cual no es lo mismo. Empecé en ese momento a sondear otras opciones y allí se me presentó lo que finalmente terminó siendo mi elección definitiva.

Con esto quiero decir que muchas veces las cosas no son tan sencillas ni directas como nos gustaría y por lo tanto hay que tener paciencia, estar atento, conocerse y estar dispuesto a experimentar. Lo mismo sucede en el trabajo. Mi segunda experiencia fue... traduciendo!. Más tarde trabajé como secretaria. ¿Saben por qué me seleccionaron ? Porque sabía inglés!!. Increíble pero real. El inglés, que había sido una elección vocacional que descarté era lo que me daba de comer....

Por suerte y gracias al amado inglés ( jeje, hay que agradecer...) tuve mi primera experiencia laboral en marketing y relaciones públicas. Esa sí era la carrera que había elegido. En ese momento me sentía totalmente enfocada. Y así fue. Nunca más dejé de trabajar en esto.

Desde entonces cada vez que me acuerdo de mi primer trabajo automáticamente aparece la cara de una de las profesoras del Traductorado, quien de una u otra manera fue quien me terminó de convencer que lo mío no era el inglés. Por suerte....


3 comentarios:

Maria dijo...

Hay que valorizar todas las actividades que uno realiza en su vida. Mi primer trabajo fue animar fiestas infantiles con una amiga, hoy tengo un puesto gerencial en una empresa de más de 2000 empleados. Mucho tiene de relacion eso con lo que hago hoy en día.

Trabajo en RRHH y mi rol es que otros consigan sus resultados (casi como que otros se diviertan en el cumple) y que haya jefes que sepan conducir equipos ( que haya un cumpleañero que recuerde ese día con una sonrisa)..

Ese trabajo lo hice a los 12 o 13 años y hoy a la distancia lo recuerdo con adrenalina, osadia y riesgo.. Cosas que experimento a diario en mi trabajo.

Me gustó eso de pensar en experiencias no formales como primer trabajo.

A la hora de evaluar posibles candidatos a una posición en una empresa, la entrevistadora valorará estas experiencias, si uno sabe mostrarlas y contarlas con entusiasmo..

El 60% de los primeros trabajos se acceden por relaciones y amigos, lo que da cierta informalidad.. Uno tiene que saber valorarlos para que los demás lo puedan hacer.

Maria dijo...

Hay que valorizar todas las actividades que uno realiza en su vida. Mi primer trabajo fue animar fiestas infantiles con una amiga, hoy tengo un puesto gerencial en una empresa de más de 2000 empleados. Mucho tiene de relacion eso con lo que hago hoy en día.

Trabajo en RRHH y mi rol es que otros consigan sus resultados (casi como que otros se diviertan en el cumple) y que haya jefes que sepan conducir equipos ( que haya un cumpleañero que recuerde ese día con una sonrisa)..

Ese trabajo lo hice a los 12 o 13 años y hoy a la distancia lo recuerdo con adrenalina, osadia y riesgo.. Cosas que experimento a diario en mi trabajo.

Me gustó eso de pensar en experiencias no formales como primer trabajo.

A la hora de evaluar posibles candidatos a una posición en una empresa, la entrevistadora valorará estas experiencias, si uno sabe mostrarlas y contarlas con entusiasmo..

El 60% de los primeros trabajos se acceden por relaciones y amigos, lo que da cierta informalidad.. Uno tiene que saber valorarlos para que los demás lo puedan hacer.

Fernanda dijo...

Tal cual... me parece que a veces nos ceñimos demasiado al historial laboral formal y dejamos de lado experiencias que seguramente nos enriquecieron y determinaron quienes somos hoy.

Me alegro que sigas manteniendo el espíritu de cuando animabas fiestitas infantiles

Saludos

F


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