Los perfiles laborales más demandados en Argentina durante 2008, de acuerdo con un relevamiento realizado por el diario Clarín entre especialistas, corresponden al sector minero y la industria de alta tecnología.

El mismo informe destacaba que entre los perfiles más requeridos estarán los ingenieros expertos en Petróleo y Gas y los geólogos y que las empresas del área de Alta Tecnología y Comunicaciones demandarán programadores y arquitectos de sistemas, mientras que los laboratorios buscarán asiduamente profesionales en Marketing y Ventas. Además la industria en general continuará requiriendo ingenieros de todo tipo: mecánicos, electricistas, industriales y químicos.

En España, que está viviendo una importante desaceleración económica, algunos de los perfiles que mantienen su nivel de demanda laboral son coincidentes con los nuestros, por ejemplo, ingenieros especializados en energías renovables y profesionales para empresas de tecnología.

Precisamente, el diario El Litoral que se edita en la provincia de Santa Fe publicó hoy un artículo en el que entre otras cosas revela que, según cifras de la Facultad Regional Santa Fe de la Universidad Tecnológica Nacional, entre el 95 % y el 100 % de los ingenieros egresados entre 1996 y 2006 está en actividad y pueden darse el lujo de elegir entre distintas propuestas laborales. Esto se ve potenciado por la reactivación industrial y económica del país y el hecho de contar con un número aún reducido de egresados en las carreras tecnológicas en Santa Fe y en el país genera una situación cercana al pleno empleo.

Una de las paradojas que se nos presenta es que en las últimas décadas en Argentina muchas de estas carreras no han logrado aumentar su matrícula ni su nivel de egreso, como sí sucede en las ciencias sociales y humanas. Hay muchas causas que nos llevaron a esta situación. Entre las más importantes, se pueden destacar el desmantelamiento de la educación técnica con lo cual se coartó una de las principales fuentes de las que provenían quienes se orientaban, por ejemplo, a las ingenierías. Otra barrera es la eterna desarticulación entre el nivel medio y el universitario: la falencia en el caudal de conocimientos que exigen los estudios superiores y los que proporciona la secundaria se convirtió desde hace tiempo en un escollo difícil de sortear.

Me pregunto, ¿algún día podremos como país actuar y planificar en función del largo plazo y de lo que nuestro país necesita para desarrollarse y crecer?


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