A ver... me parece fundamental diferenciar estos dos conceptos que en muchos casos tienden a confundirse o se toman como sinónimos.

No es lo mismo contar con una buena red de contactos personales, a través de los cuales muchas veces uno puede conseguir una propuesta laboral o acceder a una posibilidad de entrevista , que la situación que se genera a partir del amiguismo y favoritismo que puede ponerse en evidencia frente a la posibilidad de un ascenso, una nueva responsabilidad, un beneficio, el acceso a un puesto de trabajo o en el momento de contratar determinado profesional o servicio.

Desde mi punto de vista el amiguismo está teñido de subjetividad y en realidad se refiere a situaciones en las cuales frente a dos personas se prefiere o se elige al "amigo" o pariente, independientemente de su capacidad, preparación y /o experiencia.

Ya hablaba de este tema Cecilia Osorio en su blog en Universia por 2007 cuando retranscribía el pensamiento de un antiguo decano de la Business School de Harvard, Kim B. Clark, a quien se le preguntó por las razones que justificaban que sus alumnos pagaran más de 50 mil dólares en formación. Decía:

- “… nosotros educamos líderes. Y no es un eslogan: mire dónde están nuestros viejos alumnos hoy. Y después piense en la red de relaciones que se tejen aquí y sirven para toda la vida.”
- Una red de influencias.
- Sí, eso es muy positivo.
- En nuestra cultura es sospechoso: se llama amiguismo.
- En Harvard es un orgullo.

(La Vanguardia, 10-4-2000).

Evidentemente esto sucede no solamente en Argentina, Uruguay u otros países en América Latina. Ayer un estudio de la escuela de negocio "European School of Management" señala que en España el "amiguismo" es una práctica muy habitual que choca especialmente con las costumbres de otros países, como los escandinavos.

El favoritismo y nepotismo existen en distintos ámbitos. El tema es no dejarse ganar por esa situación y querer derrotar en vano a quien ostenta ese favoritismo. Es mejor charlar con su jefe sobre el tema pidiéndole que le defina sus prioridades y su puesto de trabajo, involucrarse y comprometerse más en el proyecto. Creo que tomar este tipo de actitud permite tomar distancia y no dejarse superar por un hecho que en la mayoría de los casos no puede revertirse simplemente por nuestra voluntad o capacidad. Quizás si habiendo experimentado todo lo antedicho seguimos desmotivados y desalentados es probable que haya llegado el momento de pensar otra salida: buscarse otro trabajo.

2 comentarios:

TBC3D dijo...

Hola, un poco tarde, pero...

La diferencia entre el amiguismo argentino y el orgullo de los de Harvard, es que su red de contactos se teje entre gente nutrida de conocimientos y con ciertas bases competentes para salir al rodeo.

En cambio, el amiguismo argentino puede hacer que tu primo, el ferretero, trabaje codo a codo, en la misma oficina, con un ingeniero de caminos recién titulado.

Lástima, tratándose de nosotros

Un saludo.

Fernanda dijo...

Sí...es cierto, y me parece que en lugares relativamente chicos esto es mucho más común.
Convengamos que a distinta escala (no tendremos Harvard pero...) pasa algo parecido.Cuantas personas se anotan en un club o practican determinado de porte simplemente para incrementar su base de contactos con la esperanza de hacer un buen negocio, acceder a determinado lugar o ámbito

Saludos

Fernanda


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